viernes, 6 de marzo de 2015

INTRODUCCIÓN AL "GAY SABER"

El texto, EL GAY SABER resume su pensamiento vitalista, que, como los goliardos, fue un canto a la vida mundana frente a la meafísica “metamundana”. Su estructura aforística, contiene sin embargo un hilo narrativo de fondo.

          El gay saber (‘la ciencia alegre’), que también ha sido editado con el título La gaya ciencia, está formado por cinco libros y un epílogo poético. Los cuatro primeros vieron la luz en 1882. Cinco años después, cuando las intuiciones de Nietzsche, tales como la crítica de la metafísica occidental o la afirmación de lo real como voluntad de poder, estaban ya desarrolladas en otros textos, se hizo una segunda edición, que incorporaba el quinto libro, que arranca con la noticia de la muerte de Dios y se sitúa en el corazón de ese «pensamiento del mediodía», cuya razón de ser es destruir la vieja metafísica platónica, con todas sus secuelas, tales como la moral cristiana o la filosofía optimista y progresista de Rousseau y Hegel. Pero no se trata sólo de destruir los errores de la falsa cultura, sino de des­pejar el camino para edificar el nuevo pensamiento que Nietzsche concibe como una transvaloración de todos los valores. No Dios, sino la vida con su inocencia y poder constituye el fundamento de todo cuanto hay.

          Dios es la realidad-valor que funciona como fundamento metafísico de la cultura occidental, y sus más evidentes manifestaciones son el desdoblamiento platónico de mundos o la moral cristiana del sacrificio y la renuncia. Su muerte significa el fin de una fe cultural, de una forma de interpretar lo real y de vivir de acuerdo a ella. Termina una época y comienza otra caracterizada por el surgimiento del nihilismo.

          El significado que tiene el término nihilismo en la obra nietzscheana es complejo y ambivalente. Por un lado denota, de acuerdo con su etimología, un amplio conjunto de fenómenos culturales puramente negativos como las religiones monoteístas o el platonismo de los dos mundos, que pone los valores trascendentes de la cultura –Bien, Verdad, Belleza– en el mundo inmutable ordenado y eterno de las ideas, desprestigiando así todo lo mudable y perecedero de las cosas terrenales, o los proyectos políticos ilustrados de emancipación inspirados en la revolución francesa. Ni la voluntad de verdad de la ciencia moderna está libre de sospecha. Pero la destrucción de los errores en los que ha vivido hasta ahora el individuo europeo no es sólo un motivo de preocupación y angustia; sino también, de alegría y esperanza. La muerte de Dios es el suceso que libera el horizonte y proporciona al ser humano la ocasión para la creación y el experimento. Este es el lado activo del nihilismo. La destrucción de los viejos valores no significa la desaparición de todo valor, sino el hundimiento de los falsos valores.

Primeros epígrafes: 
§ 343. Lo que va junto con nuestro buen humor
«Dios» es la cifra de todo fundamento, de todo valor, del orden cultural e histórico que ahora entra en crisis. Nietzsche rechaza la concepción tradicional de la verdad. No hay verdades unívocas, sino interpretaciones abiertas, perspectivas sobre las cosas. 

§ 344. En qué medida somos piadosos nosotros también
El proceso de crítica que ha conducido al estado de la muerte de Dios ha sido el positivismo, la Ilustración; en suma, la ciencia moderna. La verdad científica, al moverse en la abstracción de las leyes generales, también es sospechosa porque presenta la vida como apariencia y engaño. La ciencia parte de una creencia no examinada críticamente sometida a prueba: la fe incondicional en que la verdad es lo más valioso. De ahí que Nietzsche le extienda un certificado de sospecha: la ciencia es también una «fe metafísica» que no escapa al idealismo platónico. 

§ 345. La moral como problema
En paralelo con el párrafo anterior, Nietzsche examina aquí el nivel crítico a que ha llegado la filosofía en el uso práctico de la razón, esto es, en moral. Nadie se ha planteado la génesis de las valoraciones morales, así como el origen y el valor del mandato “tú debes”.

§ 346. Nuestro interrogante
El «humanismo» moderno incurre en el mismo juego de restarle valor a la vida al separar y oponer hom­bre y mundo (giro copernicano de Kant), para convertir al hombre «en el principio “que niega-el-mundo”».

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