jueves, 22 de enero de 2015

Introducción al Evangelio de San Juan: El Cristo de la fe




EL CRISTO DE LA FE

Somos herederos del cristianismo. Nuestra cultura occidental no se entiende sin él puesto que forma parte del desarrollo de nuestro pensamiento. A través de él nos ha llegado el helenismo; no la Grecia clásica, completamente mediatizada por el fenómeno de la helenización y posterior cristianización.
En su origen, el cristianismo no es más que una manifestación local de la religión monoteísta hebraica. En ella debe diferenciarse el Cristo histórico del Cristo de la fe y, como carecemos de fuentes biográficas externas al fenómeno, sólo podemos basarnos en las que describen al Cristo de la fe, principalmente los Evangelios, en los que se narra la historia de la venida del Mesías, es decir, la figura histórica se presupone. A este respecto, es importante añadir que los 4 evangelios no son totalmente coincidentes (a pesar de los esfuerzos de la ortodoxia eclesiástica, como  luego veremos); al menos, se pueden distinguir 3 bloques:

  • Los sinópticos: Marcos, Mateo y Lucas (del 60-80 d. C.)

  • El evangelio de San Juan (posterior al 100 d. C.)

  • Y los apócrifos (de los siglos I-III d. C.)

En su conjunto, podemos decir que todos dependen de:

  • Una fuente “Q”, que recoge, unificándolos, los hechos y los dichos de Jesús. Lo más parecido a esta fuente son los llamados “Manuscritos del Mar Muerto” o “del Qumrán”, encontrados a finales del s. XIX en una gruta, donde la comunidad esenia los escondió, huyendo del ataque romano y el asalto a Masadà, cuando trataban de frenar los levantamientos hipernacionalistas de dicha comunidad cristiana, en cuyo seno se sitúa la predicación de Jesús (que, por el contrario, ataca duramente en sus sermones a los fenicios, por estrictos, y a los saduceos, por colaboracionistas)

  • La comunidad a la que van dirigidos, que los diversifica. Veamos cada uno de ellos por separado. SINÓPTICOS:

o   EVANGELIO DE MARCOS: el más antiguo (escrito en Roma para los gentiles); se basa fundamentalmente en la legitimación de la primacía de Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia”.
o   EVANGELIO DE MATEO: dirigido a los cristianos que se quedaron en Judea (comunidad judaica); sus 5 partes establecen un paralelismo con el Pentateuco para remarcar el carácter fundacional del cristianismo.
o   EVANGELIO DE LUCAS: discípulo de Pablo, dirige su discurso a los gentiles (comunidad helénica) y narra los hechos de modo histórico, lógico y no simbólico-alegórico.

Elementos comunes a los 3 sinópticos:

  • Eu-angelion = “buena noticia” = la llegada de Cristo como salvador, no como el juez del Antiguo testamento;

  • Rey-Jesús: movimiento de agitación social, que explica la crucifixión = mors agravata (tesis defendida entre otros por Robert Graves);

  • Jesús como “Hijo del hombre” = “elegido de Dios” = Mesías = el que habla en nombre de Dios (Amén, reducto hebraico, significa “en el nombre de Yahvé”, y no “en verdad os digo” como ahora dice la liturgia…); en ningún caso, se identifica con una divinidad;

  • La caridad = “amaos los unos a los otros” para acercaros al Bien.



2 comentarios:

  1. Filon de Alejandría narraba su admiración a los Esenios "por su celo por la virtud y su amor apoasionado por el prójimo"
    Al parecer el movimiento Esenio estaba formado por gente de calidad, libres de estupidez, individuos autoconstruidos capaces de llevar a cabo realidades colectivas.
    "

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  2. Y todo aquello se esfumó hace milenios aplastado por dioses y salvadores

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