ASIMILACIÓN
DE LA FILOSOFÍA GRIEGA POR EL CRISTIANISMO
Existen
en el cristianismo elementos claramente tomados del helenismo que se
adaptan a los requerimientos de la doctrina:
- Asumen la ontología del SER de Parménides: el Yahvé del Antiguo Testamento se reconoce en la afirmación de “Yo soy el que soy” (parábola de la zarza). Dios es la identificación personalizada del SER; frente a la identificación SER = NATURALEZA de los griegos. El cristianismo separa a Dios de la Naturaleza, por eso el mundo es un valle de lágrimas y sólo aquél que no peque será bienaventurado.
- En el mundo coexisten dos leyes: la ley de la Gracia divina y la de la Naturaleza. Esta última está corrompida necesariamente por el pecado original y sólo puede enderezarse por intermediación de la Gracia divina; frente a la hybris griega que siempre se entendía como una responsabilidad personal -no alteraba el orden cósmico- y, por tanto, la salvación dependía del mismo sujeto.
- El mundo de las Ideas pasa a la cabeza de Dios: la ontología es teología = episteme de Dios, donde el logos pervive como universal.
De
este modo, Grecia permanece en Occidente…pero la Grecia del saber filosófico,
pasada por el helenismo.
Al
margen de estos residuos griegos, el cristianismo conserva también elementos
no griegos (la concepción de la historia y del tiempo) que, igualmente, van
a ser muy definidores de la cultura occidental:
- La concepción griega de la historia es la mera acumulación de hechos que se desarrolla de modo cíclico, de ahí que pueda ser magister vitae (Tácito); como los acontecimientos retornan eternamente, tenemos la oportunidad de cambiarlos. En cambio, para el cristianismo hay un inicio ex nihilo y un desarrollo lineal: lo pasado no vuelve y el futuro depende de la providencia divina. Nietzsche ve aquí la esencia del mundo griego = el eterno retorno que, con el cristianismo, se pierde y con él la noción de la eternidad de lo finito, de la perfección aristotélica.
- El tiempo lineal requiere una continua producción de tradición estoica, que influirá decisivamente en el espíritu protestante-liberal. Nos da miedo el “tiempo muerto”: horror vacui, centros de ocio (…y su aparente negación el neg-ocio orteguiano)… Para un griego, el tiempo vacío es el que te ofrece TODAS las posibilidades “de hacer” (Nietzsche comprenderá que “todas” son también las malas…)
Dios se nos hace griego tras recibir el permiso de residencia firmado por expertos de la Unión Europea.
ResponderEliminarY la corrupción se hizo carne y habitó entre nosotros. Pobres niños ¿Donde quedó la virtud y el amor apasionado por el prójimo? La oleada de miseria no tiene fin.
ResponderEliminar¿Por qué nadie escuchó a Socrates?