MEMORIA FINAL
“Verdad es el tipo de mentira sin la que
una determinada clase de seres vivos no podrían vivir. Lo que en última
instancia decide siempre es el valor para la vida.” (Nietzsche)
Con esta
sentencia firmaba Nietzsche el acta de defunción de la modernidad y abría la
puerta de servicio a la postmodernidad. Nietzsche –sospechoso entre los
sospechosos- esgrimía su pensamiento intempestivo, marcando un antes y un
después en el pensar occidental.
En este
grupo de trabajo, es precisamente esta encrucijada del pensamiento la que hemos
tratado de rastrear guiados por algunos de los textos más significativos de
nuestra historia.
Parménides,
Platón y Gorgias nos marcaron el rumbo por la antigüedad, tanto en el saber
filosófico como en el sofístico. San Juan nos introdujo en el necesario eslabón
cristiano, que anclaba la Verdad filosófica a nuestra cultura. Con Marx y Freud
analizamos la filosofía que es capaz de introducir elementos sospechosos en
esta cadena, sin por ello romperla. Ricoeur nos había situado en la pista de
esta hermenéutica de la sospecha. Y, finalmente, Foucault y Chomsky nos han
permitido prolongar la polémica sobre el esencial concepto de Verdad hasta la
actualidad.
La modernidad
suele ser presentada como el modelo del pensar occidental. En este grupo hemos
tratado de analizarla como una forma de pensar, sin duda exitosa pero en
absoluto única. La postmodernidad debe ser interpretada en la misma tradición y
con el mismo potencial de racionalidad. Con ella, pensar –así lo explicaba
Quintín Racionero en sus clases- es:
·
Introducir
la nada en el interior del concepto (“toda determinación es una negación”)
porque toda determinación es provisional. Se piensa la nada positivamente; se
dejan abiertas todas las posibilidades.
·
Pensar
es poner en acto la libertad como fundamento: se abandona la libertad formal
que si acierta es porque elige lo necesario (no hay acto libre) y si se
equivoca es culpable. Ahora hay una libertad material que no es irracional sino
que elige entre muchas posibilidades, todas válidas.
·
Pensar
no es producir conceptos sino acometer acciones; no es algo meramente teórico.
Por
tanto, finalmente, no hay ningún discurso de legitimación a priori. La verdad
es un concepto plural y necesariamente contingente.
Hasta
aquí lo que ha dado de sí el contenido de las sesiones. A nivel personal, el
grupo ha sido realmente enriquecedor. La posibilidad de poner en común textos
de filosofía con expertos en materias tan dispares (matemáticas, educación
física, lengua, economía, dibujo, física y francés), ha propiciado un debate
intenso, continuo y, en ocasiones, incluso acalorado, que ha dado como
resultado un blog repleto de sugerentes aportaciones.
Por mi
parte, ha sido un verdadero placer guiar estos debates y coordinar a este grupo
de trabajo.
Lola Cabrera (coordinadora del grupo)
12 de mayo de 2015